El Cristo del Buen Viaje
Son las 11 de la noche y los niños siguen en pie, ultimando los preparativos para mañana y yo deseando que se metan en la cama…Han tenido tooooodo el día para preparar la mochila pero siempre a última hora se acuerdan de que les falta algo. Ya está todo apagado y parece que reina la calma pero mientras estoy en la cocina oigo unos pies sigilosos que se deslizan escalera abajo hacia el estudio. ¿Dónde irá ahora?
Es Rafa, lo se porque los demás no se atreven a bajar a oscuras…Espero intrigada a que suba para saber qué es lo que puede haber ido a coger: una linterna, algo del taller que se quiera llevar sin permiso…
-¿Qué estás haciendo a estas hora Rafa? le digo, con voz autoritaria, enfadada, cansada y porque creo haberle pillado in fraganti haciendo algo prohibido, además es la cuarta vez que le he mandado a la cama. Tan tranquilo me enseña una cruz de madera que nos ha “robado” del estudio.
”Es para la mochila mamá, la voy a atar con esta cuerda, casi se me olvida…”
Y me lleno de orgullo y amor a la vez que me sabe fatal haber pensado mal de mi hijo. Siempre nos sorprenden…esta vez para bien.
Le beso y cuando ya reinan el silencio y la paz, la cruz guía mi sueño y me quita el desvelo de la preocupación de estos días sin ellos. El “casi se me olvida” me hace ser consciente de la naturalidad con que mi hijo ya tiene al Señor presente…lo había estado pensando: linterna, navaja, patatas fritas y a Cristo en su mochila. Todo listo.
Al día siguiente bajo a por otra cruz para Santiago y la ato a su mochila. Le pido a Dios y a la virgen María que me los cuiden y me quedo más tranquila, mucho más tranquila sabiendo que así será. Y mientras la ato le cuento a Santiago que es para que tenga presente al Señor y para que les proteja. Le explico que no es un amuleto, sino un instrumento de gloria símbolo de nuestra fe que nos acompaña donde quiera que vayamos y en vacaciones también. Y al ver que pone cara de “es enorme” le digo que la cruz, el sufrimiento de Jesús crucificado, su sangre y su muerte han sido y son nuestra salvación. Y que no nos tiene que avergonzar sino que tenemos que estar orgullosos de ello. Ahora la cara es de “No seas pesada ya lo se…” Intentamos siempre aleccionarles pero en este caso sé que todo esto lo sabe.
Esta mañana hemos ido a la iglesia donde les esperaban los autobuses que les van a llevar con su grupo Scout unos días de vacaciones. ¡Qué maravilloso grupo de chavales!
Antes de irnos nos acercamos a la capilla y pedimos en familia que volvamos a casa sanos y salvos.
Y rezamos al Cristo del Buen viaje como siempre hacemos al irnos de viaje.
ORACIÓN AL SANTÍSIMO CRISTO DEL BUEN VIAJE
Santísimo Cristo del Buen Viaje,
en estos tiempos en que los hombres
con sus carreras vertiginosas por tierra mar y aire
exponen sus vidas todos los días,
ten compasión y misericordia
de los que padecen sin tiempo
para arrepentirse de sus muchas faltas.
Haz, oh buen Jesús, que no emprendamos un viaje
sin pediros antes vuesta protección
para poder volver a nuestro hogar con felicidad
para daros gracias por los beneficios
que nos dispensáis continuamente.
Que todos, al emprender un viaje,
vuelvan los ojos a vuestra bendita imagen y digan:
¡Oh Cristo del Buen viaje! protégenos ahora
y en la hora de nuestra muerte.
Amén
He perdido la estampa que siempre nos ha acompañado. La debo tener en alguna maleta y por si no la encuentro he decidido buscar en Internet la imagen y hacerme una estampa a medida. Lo cierto es que no soy muy de estampitas…más bien nada, y de hecho me quedo con la cruz de madera colgada en el macuto del enano pero en este caso me hace especial ilusión recuperar la estampa.
Aprovechando la curiosidad he buscado en Internet para saber un poco la historia de esta devoción y de dónde venía esta oración que me ha acompañado siempre. No hay mucha información al respecto.
Sé que este Cristo se venera en la Basílica de Santa María en Pontevedra. Es una talla preciosa de madera de la que no se sabe el autor y que ha sido restaurada varias veces debido a algunos ataques recibidos. Los vecinos, muchos de ellos pescadores, invocan su protección en los viajes que van a emprender.
También en la Isla Margarita hay una talla en honor al Cristo del Buen Viaje con una bonita historia.