Rezando, Viviendo

Rosanning

Me gusta correr, aunque mi cuñado diga que correr es de cobardes. Ese ritual de atarme los cordones a mi manera, de estirar mientras pienso qué recorrido hacer, ese momento de olvidarme por un momento del mundo…

Pero desde hace tiempo salir a correr me llena mucho más. Un buen amigo, a la vuelta de Medjugorge, me regaló un decenario (una pulsera para rezar el rosario). Desde que lo tengo, cada vez que salgo a pelearme con la carretera, aprovecho para rezarlo. Yo lo llamo Rosanning. Es un momento muy especial, un instante en el que coinciden tres factores explosivos: silencio, esfuerzo, y oración. Zancada a zancada, cuenta a cuenta, rezo a rezo.
Hay quien dice que correr es aburrido porque estás solo. Nada más lejos de la realidad. Cuando estés perdido, CORRE, verás que es la mejor manera de encontrarse.
Ya lo sabes, ponte unas zapatillas y practica el Rosanning. Ahora correr es un regalo.